El temperamento comienza a forjarse durante el segundo septenio (7 a 14 años), éste puede ser colérico (fuego), sanguíneo (aire), melancólico (tierra), o flemático (agua). Cada temperamento tiene rasgos de comportamiento determinado, una forma de vincularse con el mundo, de vivenciar las experiencias, entre muchas otras cualidades. En cada temperamento hay un cuerpo sutil que predomina, como así también un elemento y un órgano que se relacionan con él.
Predominio del cuerpo físico en el temperamento melancólico
En el temperamento melancólico existe un predominio del cuerpo físico. Este cuerpo sirve como escenario e instrumento para que se pueda manifestar la persona en esta tierra. En el caso de los melancólicos se ha hecho tan denso que apenas puede ser permeado por los otros tres cuerpos más sutiles, el etérico, el astral y el Yo.
El cuerpo físico posee las cualidades de lo mineral, es decir está sujeto a las leyes físicas entre las que predominan la pesadez y la gravedad. Esto se manifiesta en esa manera de andar que parece que arrastrara los pies como si al caminar tuviera que contrarrestar toda la fuerza de gravedad.
El órgano del cuerpo físico que se relaciona con este temperamento es el pulmón. El ser humano entra en la tierra en el momento que inspira por primera vez (el corazón late, el riñón filtra y existe filtración renal en el seno materno) y sale de ella con su expiración, su última espiración..
Características del temperamento melancólico
Características físicas
- Es una persona pálida, como por falta de circulación sanguínea y baja vitalidad.
- Su postura con caída de hombros queda dominada como por la ley de la gravedad.
- Generalmente, camina metiendo los pies hacia el interior.
- Por la falta de presencia del organismo calórico, el Yo, son personas friolentas.
Características anímicas, psicológicas
POR EL PREDOMINIO DEL CUERPO FÍSICO
Los melancólicos se sienten como encerrados en su cuerpo y tratan de liberarse de él en una enconada lucha que les hace tener una gran tendencia hacia la introspección. Por ello es muy difícil atraer su atención hacia el exterior, hacia el mundo que les rodea.
Esta introspección los conduce a una autoobservación que les hace constantemente percibir todos los dolores en su cuerpo, algo que, además manifiestan en una queja casi continua.
El dominio del cuerpo físico también se nota en su pensar que suele tender a lo rígido con presencia de ciertas ideas obsesivas.
Este permanecer hundido en el cuerpo físico hace que posean una relación muy intensa con sus sentidos y les lleva a percibir de una manera muy aguda y duradera todos los estímulos que recibe.
Son personas con tendencia al pasado, Steiner los describe como aquellos que se han quedado más mirado al portal de la luna, aquel por donde entramos a la vida, que a la propia vida actual.
POR LA MENOR INFLUENCIA DEL CUERPO ETÉRICO
La falta de manifestación de su cuerpo etérico les hace que sean personas de poca vitalidad y poca actividad.
POR LA MENOR INFLUENCIA DEL CUERPO ASTRAL
La poca presencia del cuerpo astral condiciona también su sentir que también pareciera haberse solidificado. Son poco emocionales, siendo la tristeza y la nostalgia los únicos sentimientos que parecen mostrar.
POR LA MENOR INFLUENCIA DEL YO
Sufren una pesadez que les hace plantearse la vida con desgano y con un gran sufrimiento ante cualquier tipo de adversidad en la vida.
A veces, esa infelicidad que arrastran, unida a la poca presencia del Yo en ellos les lleva a culpar a otras personas por su falta de ánimo.
Para comunicarse con otros tratan de despertar lástima o provocar pena, siendo una de sus mejores maneras de tratar de llamar la atención de los otros.
Cómo acompañar a un melancólico
Riesgos del melancólico
El peligro de un temperamento aparece cuando se polariza en exceso y la persona no es capaz de metamorfoseralo pudiendo caer en una unilateralidad que provoque un desequilibrio.
Peligros a nivel psicológico
Esta percepción del mundo como hostil le puede llevar a encerrarse en sí mismo. Además este volcarse hacia el interior lo hace sumido en el dolor y la pena. Si esto se prolonga existe el riesgo de que acabe cayendo en una depresión.
Si su pensar obsesivo no es reconducido puede llevarle a un ensimismamiento y un egoísmo.
Esa tendencia a la autoobservación también le hace sufrir y puede llegar a convertirles en hipocondríacos.
A veces, esa percepción de los peligros del mundo que le rodea lo lleva a ser pusilánime, apocado, temeroso y vivir a la defensiva.
Peligros a nivel físico
La falta de confianza en el mundo que le rodea, condiciona su espiración. Cuando no se elimina todo el aire que se tiene dentro, no queda suficiente espacio para poder inspirar aire. Esto se traduce en asma. Esta patología se puede agravar cuando el melancólico no se encuentra seguro en su entorno ya sea en el familiar como en el colegio.
La preponderancia del cuerpo físico y sus dinámicas propias del mundo mineral hacen que este tipo de temperamento posea una tendencia hacia la esclerosis y el endurecimiento, ya sea en articulaciones como en otros órganos vitales.
Fortalezas de un melancólico
Su sensibilidad hacia el sufrimiento hace que, cuando sale de sí mismo por una metamorfosis de este temperamento posea unas enormes dotes para percibir el dolor ajeno en cuanto asoma.
Además esa relación con la lástima que han desarrollado internamente, también pueden metamorfosearla en una verdadera compasión.
Requieren de un reconocimiento hacia toda la ayuda que hayan podido prestar, puesto que para ellos el salir de sí mismos ha supuesto un enorme esfuerzo, mayor que para otras personas.
La introspección, tan mantenida en el tiempo, les puede conducir a unas altas cotas de búsqueda espiritual.
Además son personas con una gran sensibilidad y que muestran una gran delicadeza.
Cómo acompañar al melancólico
Es en la infancia, en concreto en el segundo septenio (7 a 14 años) cuando se expresan los temperamentos que llevamos. También es en ese momento en el que se puede actuar para permitirle al temperamento no quedarse encerrado, sino metarmofosearse por la Quintaesencia aristotélica.
Educación
En la educación de los temperamentos Rudolf Steiner hace un especial hincapié en educar desde aquello que está presente y no desde lo que falta. En las escuelas Waldorf se suele sentar a los niños melancólicos juntos, dado que empatizan y, al mismo tiempo les hace saturarse de tanta melancolía.
ACERCARSE DESDE EL SUFRIMIENTO
Aquellas personas que quieran tener un cierto papel de influencia en un niño melancólico deben acercarse a ellos desde una experiencia de acontecimientos de dolor ya superadas. Para estos niños es importante que los que les quieran acompañar puedan testimoniar que han pasado momentos en los que han sufrido mucho, ya que esto les lleva a conectar con su interior.
Igualmente resulta muy beneficioso para ellos si se les acompaña en esa pesadez que sienten ante las dificultades del mundo y entenderles en esa enorme dificultad que ellos sienten.
FAVORECER LA COMPASIÓN HACIA OTROS
A los niños melancólicos se les puede dirigir hacia desarrollar la compasión por los otros. Brindarles la oportunidad de dedicarse a otras personas que están sufriendo.
INVITARLOS A LEER BIOGRAFÍAS
Una buena estrategia, especialmente a partir de los 12-14 años, puede ser la de indicarle la lectura de biografías de personajes que tras sufrir grandes reveses han conseguido superar esas dificultades.
SACARLOS DE ESE VICTIMISMO
Hacerles consciente de que el mundo no es difícil, sino que es él quien lo vivencia de esa manera.
Resulta muy conveniente sacarles de ese victimismo que han creado para comunicarse con el mundo, mostrándole de una manera lo más objetiva posible, que el universo no conspira en su contra como podrían llegar a creer.
El objetivo pedagógico ante este tipo de niño deberá ser el de despertarle un genuino interés hacia el mundo y que cambie la visión que tiene de este.
JUNTAR A DOS MELANCÓLICOS
Los niños ante el dolor de otro niño de igual temperamento pueden reaccionar de dos maneras. Aburrirse de tanto lamento, algo que les puede llevar a una reflexión de espejarse y verse en igual actitud. Observar que el dolor ajeno también es intenso y desarrollar empatía.
Recomendaciones
ALIMENTACIÓN
- Comidas leves, ricas en frutas y sabores dulces tipo miel, melaza. El objetivo es el de disolver ese endurecimiento corporal.También son recomendables los alimentos procedentes de raíces, especialmente las dulces como la zanahoria.
- Por el tema de sus problemas de respiración debe emplear alimentos que procedan de la región media de las plantas, hojas como espinacas, acelgas, lechuga, repollo.
- Para estimular el organismo calórico, ya se ha dicho que los melancólicos son friolentos se pueden emplear condimentos como especias de la familia de las labiadas (tomillo, albahaca, mejorana, salvia, romero, orégano, etc).
- Por su debilidad digestiva serán más aconsejables las carnes blancas y pescados que las carnes rojas.
- Como fuente de hidratos de carbono se puede emplear el maíz.
- Se deben evitar alimentos procesados, desvitalizados comos son los azúcares y harinas refinadas, ya que eso refuerza su tendencia mineralizante y no favorecen su vitalización que tanto requieren por la baja manifestación de su cuerpo etérico.
OTRAS PAUTAS
- Cantar es una actividad muy beneficiosa porque le ayuda a expresar su vida interior y activa el sistema respiratorio. En cuanto a la música lo ideal es que empleen los instrumentos de cuerda.
- Son niños que suelen mejorar mucho con la euritmia curativa.
- Deben sentarse cerca de la luz, junto a la ventana (por la luz) para que de alguna manera compensen esas oscuridad que ellos perciben en el mundo exterior.
- Además suelen ser friolentos, por lo que deben abrigarse bien. También se les puede despertar el organismo calórico a través de fricciones y baños con aceites esenciales
- Estimular la actividad física, sobre todo los juegos de equipo por su carácter social. También es aconsejable la práctica de la natación por los problemas de espalda y porque no se halla sujeto a la acción de la gravedad.
Profesiones ideales para un melancólico
El temperamento melancólico que ha conseguido desarrollarse hasta poder fructificar permite a la persona desempeñar profesiones que atienden al sufrimiento ajeno como puede ser la medicina, la enfermería, la psicología, el coaching o cualquier terapia.
La capacidad de introspección y la búsqueda de espiritualidad les hace interesarse por la filosofía y la teología.
Su sensibilidad y su conocimiento del mundo del sufrimiento les puede llevar a desarrollarse en el mundo del arte y de la poesía.
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