En esta
nota confluyen la Homeopatía y las Flores de Bach ya que constituyen las
terapias vibracionales más importantes surgidas en Occidente, junto con la
Medicina Antroposófica.
Cada
remedio homeopático se puede relacionar con una o varias Flores de Bach, en
esta ocasión trabajaremos LACHESIS, su correlación primordial con CHICORY y otras
Flores de Bach que acompañan el cuadro general.
Comenzaré
por describir la personalidad LACHESIS para luego abordar -dada su relación de
semejanza- la flor tipo CHICORY y sus estados transitorios o contingentes con
flores aleatorias. Asimismo señalaré
someramente algunos personajes de películas con el fin de ejemplificar ciertos
rasgos y diferenciarlos; material que analizamos con mayor profundidad durante
las clases presenciales.
LACHESIS
MUTUS.
Trigonocephalus Lachesis. Serpiente Surukuku de Sud América.
El remedio homeopático 'Lachesis' se prepara a partir del extracto del veneno de esta víbora, que es un género de serpientes venenosas que
pertenece a la subfamilia de las víboras de foseta, conocidas comúnmente como
cascabeles mudas.
Perfil psíquico:
Lachesis es más común en mujeres que en
varones.
Su personalidad es de índole netamente narcisista. Elevado concepto de sí misma y excesivo amor propio. Orgullosa, desconfiada, abandónica y dictadora. Rencorosa, perversa, dañina y locuaz, necesita hablar constantemente, teoriza, cambia de un tema a otro, su verborragia es incontenible. Es histriónica, habla mucho y no dice nada, y a veces lo hace eligiendo de modo conveniente sus expresiones. La hipertimia, es decir, el exceso de la actividad acompañada habitualmente de cierta euforia, afectividad excesiva, verborrea, hiperfrenia y exaltación, la exageración o dramatización de los afectos, la necesidad de ser el centro de atención y las reacciones coléricas o desproporcionadas cuando son frustradas sus expectativa, son características básicas. Se considera dueña de la verdad y no tolera la contradicción. Proclive a la fanfarronería y a aparentar más de lo que es. Falsedad, escepticismo, envidia, egoísmo, falta de generosidad (no hace regalos a su pareja e hijos salvo por conveniencia), impaciencia, irritabilidad, se ofende fácilmente. La atormenta el ridículo. En el plano temperamental se caracteriza por alta búsqueda de novedad, alta dependencia de la recompensa y baja evitación del daño y persistencia, lo que concuerda con las descripciones clásicas de la histeria: persona voluble y caprichosa (baja persistencia) que se somete a situaciones de riesgo (baja evitación del peligro), que se adhiere a lo nuevo (búsqueda de novedad) y que depende activamente de las recompensas rápidas y a corto plazo, es decir que tiene un apego alto.
Su personalidad es de índole netamente narcisista. Elevado concepto de sí misma y excesivo amor propio. Orgullosa, desconfiada, abandónica y dictadora. Rencorosa, perversa, dañina y locuaz, necesita hablar constantemente, teoriza, cambia de un tema a otro, su verborragia es incontenible. Es histriónica, habla mucho y no dice nada, y a veces lo hace eligiendo de modo conveniente sus expresiones. La hipertimia, es decir, el exceso de la actividad acompañada habitualmente de cierta euforia, afectividad excesiva, verborrea, hiperfrenia y exaltación, la exageración o dramatización de los afectos, la necesidad de ser el centro de atención y las reacciones coléricas o desproporcionadas cuando son frustradas sus expectativa, son características básicas. Se considera dueña de la verdad y no tolera la contradicción. Proclive a la fanfarronería y a aparentar más de lo que es. Falsedad, escepticismo, envidia, egoísmo, falta de generosidad (no hace regalos a su pareja e hijos salvo por conveniencia), impaciencia, irritabilidad, se ofende fácilmente. La atormenta el ridículo. En el plano temperamental se caracteriza por alta búsqueda de novedad, alta dependencia de la recompensa y baja evitación del daño y persistencia, lo que concuerda con las descripciones clásicas de la histeria: persona voluble y caprichosa (baja persistencia) que se somete a situaciones de riesgo (baja evitación del peligro), que se adhiere a lo nuevo (búsqueda de novedad) y que depende activamente de las recompensas rápidas y a corto plazo, es decir que tiene un apego alto.
Está dispuesta a criticar, despreciar y ofender a los demás sarcásticamente. Siempre
encuentra argumentos para defenderse enroscando a sus víctimas con un discurso
apurado, errático y dominante. Cree estar bajo la influencia de algún poder
superior, bajo un control sobrehumano llena de orgullo y omnipotencia, como si
tuviese derecho a todo sin experimentar culpa, un derecho de bruja cruel y
despótica que busca -bajo la bola de cristal- el dominio de los demás mediante
la malicia, la suspicacia y la falta de conciencia moral.
Enrosca a su presa como una serpiente, la
abruma y la asfixia con su aparente generosidad para luego hacerse la víctima,
sintiéndose una buena persona rechazada “Con todo lo que yo hago por los demás
y cómo me atacan, así me agradecen…”.
Pasará
factura a un alto precio por todo lo que dio (que siempre considera que es
mucho) y sobre todo por todo aquello que pueda amenazar lo que ella considera
su reino.
Odio,
venganza, abandono y orgullo
Sus celos, sospecha y suspicacia llegan hasta el delirio. Critica en forma
hiriente, se ríe, reprocha, con ideas ridículas y bizarras para justificar sus
celos, producto de su desconfianza y sentimiento de abandono. Odio con sed de
venganza. Siempre están vigilando lo que hacen los demás, evaluándolos
constantemente. Lachesis no tiene miedo a su propia agresividad, al contrario,
es una hábil manipuladora –como la serpiente- poniendo su rabia destructiva al
servicio de sus celos. Jamás abandona la batalla: será una madre agobiante y
sobreprotectora, una suegra cruel y una esposa implacable, celosa y posesiva.
Astucia
y sagacidad
Lachesis no es inteligente pero posee una
sagacidad extrema sobre todo en lo relativo a la naturaleza humana, la cual
utiliza para obtener ventaja y control. Mediante la intriga y el magnetismo
quiere plasmar su afán posesivo de afecto y dominio sobre los otros. Se acerca
a los demás ávida de un afecto voluptuoso y un dominio dictatorial que
satisfaga su idolatría. El abandono está condicionado por su odio hacia los
demás y sus celos. Se siente abandonada porque los demás huyen para evitar ser
asfixiados por ella, lo que la hace sentir ‘una serpiente que se arrastra por el
piso’.
Apuro, enredo
y superficialidad
Todo lo quiere saber y hacer, es apurada, inquieta,
industriosa, enreda todo y al final el trabajo se le hace imposible. Tiene fácil
comprensión en lo que lee y teoriza sobre ello pero falta profundidad en el
análisis y presenta serias dificultades en la ortografía. Se equivoca al ubicar las palabras cuando
habla, al escribir y sobre el tiempo, en las horas y en los días de la semana;
siente que el tiempo pasa muy lentamente. Su mente puede estar aturdida, más de
mañana al despertar.
Ambivalencia
Su ambivalencia oscila entre sentirse una
superdotada con poderes de clarividencia y magnetismo o ser víctima de un
maleficio. Por momentos se siente alegre y pletórica, y por otros, triste y
abandonada.
A veces alterna avaricia con prodigalidad, de
acuerdo a lo que necesite conseguir o las ventajas que quiera obtener.
Puede presentar una importante cantidad de
ilusiones y alucinaciones: a veces hermosas, en las que vislumbra un paisaje
esplendoroso, o bien tiene visiones horribles.
Se llena de pensamientos persistentes sobre
el mal, cree que la quieren mal y la persiguen, cuando en realidad convierte a
los demás en sus propias víctimas.
Cansada de los tiempos en que se sentía
vulnerable y frustrada, Lachesis ha dicho basta, ha decidido controlar la
situación barajando las cartas y usará la competitividad para demostrar su
valía ante el mundo. Nunca revelará sus emociones ya que el miedo es muy
grande. Se esconderá bajo su histrionismo y teatralidad en sus interminables
monólogos alternando con fases de mutismo.
Lascivia
y obscenidad
Síntomas de orden erótico: suele mostrarse sensual,
lujuriosa, pasional, enamoradiza, tiende a seducir con el afán de controlar y
manipular.
Lascivia, homosexualidad, obscenidad,
delirios eróticos, ninfomanía.
Según Paschero, lo que caracteriza a Lachesis
es ‘la exaltación erótico agresiva con la que compensa su ansiedad. Para
defenderse del peligro recurre a la proyección, con una extrema actividad
mental e incontenible locuacidad, para defenderse proyecta sus contenidos
exacerbados de agresión y sensualidad, que no quiere reconocer que están en sí
misma y achaca por consiguiente a los demás’. Por ende, con frecuencia expresan
que ‘todos’ la desean, la acosan y hasta pretenden violar.
Cuando hay supresión del sexo, sustituye lo
que pierde en contacto y comunicación con hablar y hablar. Busca el
acercamiento con los demás pero los desprecia, porque la mirada de los otros le
envía una mala imagen de ella y no lo soporta.
Miedo a
la muerte
Tiene miedo a la muerte, al daño, a ser
envenenada y justifica su delirio persecutorio en el que se siente acosada sobre
todo por enemigos. A medida que pasan los años empeora, cayendo en estados
depresivos más o menos severos.
Lachesis, es letal, como buena serpiente que
es, suministrará su veneno en dosis generosas a sus víctimas que le despiertan
sus incomprendidas emociones. Su problema llega a tal extremo que la puede
conducir a la paranoia, a la depresión, a la ansiedad, e incluso a la
esquizofrenia y llegar a enloquecer.
Localizaciones
anatómicas de los conflictos internos (desequilibrio)
El lado derecho del cuerpo está gobernado por
el hemisferio izquierdo y está relacionado con las raíces, lo masculino, el
padre, la autoridad, etc.
El lado izquierdo gobernado por el hemisferio
derecho está relacionado con la madre, la intuición, las pulsiones instintivas,
podríamos decir que es la parte siniestra, oscura, demoníaca.
Lachesis, no ha podido resolver su Edipo,
etapa en la que el niño tiene que aceptar que el padre interfiere en la díada
madre-hijo, identificarse con el padre, tenerle celos, ganas de matarlo y
finalmente aceptarlo y amarlo, es el preludio a la socialización del niño.
Superada esta etapa, reconocerá y aceptará al otro como semejante. El varón
Lachesis al no resolver su complejo de Edipo, rechaza al padre (el lado
derecho, la dirección justa y correcta para actuar) y se queda a la izquierda,
con la madre. La mujer Lachesis
al negar
la castración (fase freudiana de la envidia del pene en las niñas), va a buscar
su falo en el poder manipulador y el autoritarismo. Se volverá adulto buscando
una forma de poder sobre los otros: el poder maquiavélico y manipulador oculto
de la serpiente, de la mujer fálica y castradora.
Síntomas
físicos
Cefaleas, mareos, desmayos, náuseas, vómitos,
angina, constipación, hipertensión arterial, palpitaciones, frío en la espalda,
pesadez en los miembros inferiores, neuralgia, trastornos durante la
menopausia, metrorragia. Cuero cabelludo
sensible y doloroso, con prurito, descamación excesiva y caída de cabello. El
cabello cae durante el embarazo. Mirada fija. Intensa midriasis. Hemorragia
retiniana. Ojos secos, como llenos de polvo; o lagrimeo. Fotofobia. Prurito y
ardor en los ojos; rojos e inflamados. Ojeras azuladas o plomizas, terrosas o
amarillentas. La congestión en la cara toma la forma de acné rosácea. Prolapso
uterino. Cáncer de útero.
Ronquera,
voz débil, hueca, nasal.
Su correlación
con las Flores de Bach
'CHICORY' |
'TERMINATOR II' |
Es muy apegada a lo material y a los afectos
que los toma como objetos, le cuesta soltar y hace suyo lo ajeno, se apropia hasta
de la identidad del otro, por ello necesita poseerlo y envolverlo en una
burbuja, eso le da poder y se siente segura. Se camufla como el personaje ‘Liquid
metal’ de la película Terminator II,
tomando la identidad de su víctima de turno para conseguir sus propósitos.
'SPECIES' |
'LA PERVERSA YOLANDA' |
'EL ANSIA' |
'ATRACCIÓN FATAL' |
'DEPREDADOR' |
'WHIPLASH' |
HEATHER
como estado contingente de Chicory
Si después de varios intentos aún no consigue
la atención suficiente de sus seres queridos, puede entrar en estados Heather, una demanda de atención
indiscriminada hablando sin parar con una locuacidad y parloteo incesante que
taladra, cual ‘pájaro carpintero’, la cabeza de cualquier mortal. Parece el
zorrino ‘Pepe Le Peu’ persiguiendo a cualquiera que esté a su alcance.
Así, se
centra cada vez más en ella misma, en sus propias necesidades que siempre considera
insatisfechas y pierde todo rastro de empatía. Heather representa el Arquetipo de ‘Lo Indiscriminado’, de lo no
diferenciado, de lo que ahoga, lo pegajoso y gelatinoso. Su carencia afectiva
es tan grande que -cubriéndose con un barniz de autosuficiencia- busca la
compañía de cualquiera, siente compulsión por comunicarse, por contar sus
problemas y para no perder público se mantiene físicamente muy acerca de su
interlocutor, lo agarrarlo del brazo o de la manga, de modo que no hay forma de
escapar de su verborrea. Tiene
un matiz simbiótico, vive el ‘amor’ como una necesidad de oxígeno, necesita
colgarse de alguien, no importa quién, es epileptoide, indiscriminado en todo
lo que dice, no escucha, le cuesta registrar al otro en el vínculo aunque se
vuelve adicto a él. Siente que el otro tiene que devolverle su imagen para no
desparramarse. Su ‘te necesito’ es narcisista, ya que construye un vínculo con
otro para sí mismo. Casi inaguantable pasa su vida buscando auditorio, sin
importarle quiénes son sus víctimas: en cualquier lugar y situación. Este
‘barril sin fondo’, se coloca tanto en primer plano, que termina sacando de
quicio a todos. Pareciera que necesita hablar para sentir su existencia: ‘Me
escuchan, luego existo’.
'PEPE LE PEU' |
VINE
como estado transitorio de Chicory
Cuando siente que no logra ‘por las buenas’ (es
decir manipulando al mejor estilo
Chicory), que los demás hagan lo que ella quiere o considera mejor, se pone
dominante, inflexible y tirana. Entra en estados Vine y pretende dominar a la fuerza, imponer su propia voluntad, someter
y humillar ‘mandoneando’ en forma dictatorial a todos alrededor. Su ambición es
desmedida, disfruta ostentando el poder y demanda idolatría. No admite que
cuestionen sus actitudes porque siente que siempre tiene razón y suele
finalizar sus peroratas con un ‘He dicho y punto’.
HOLLY
como ramificación de Chicory
Su odio, envidia, celos, sospecha, desconfianza,
suspicacia, rivalidad y su enojo explosivo son características típicas del
estado Holly. Cuando sus
expectativas son frustradas sus
reacciones coléricas son desproporcionadas. Su rabia destructiva está al
servicio de los celos, no se arrepiente, no tiene miedo de su propia
agresividad porque la justifica diciendo: ‘Es un escarmiento, se lo merece’.
BEECH
como estado contingente de Chicory
Tiene sentimiento de superioridad, vigila lo
que hacen los demás escudriñándolos para evaluarlos y cuando no consigue que
todo esté perfecto como desea se fastidia, critica y juzga constantemente con una
gran intolerancia frente al error ajeno. Su
desprecio surge porque la mirada de los otros le devuelve una mala
imagen sí misma y no lo soporta.
Otras ramificaciones
o estados aleatorios de Chicory
Su ‘rumiación mental’ es permanente, la
preocupación es constante, su gran ideación mental la desborda, piensa sin
parar, no descansa, sus pensamientos parecen un ‘disco rayado’ (white chestnut).
Si después de todo el esfuerzo que realizó
por los demás, osan dejarla, siente que es injusto, se victimiza y le cuesta
perdonar. Surge la amargura, la queja, el rencor, el resentimiento y la bronca
reverberante mientras planea la venganza en secreto. (Willow).
De modo no consciente, cree ser una especie
de huérfana desvalida y abandonada, a quien nunca nadie querrá. Esta sensación
de vacío -difícilmente asumible- es vivida como angustia (Sweet Chestnut) y a la vez con miedo (Mimulus-Aspen). Esta sensación interior es tan desoladora que
construye una creencia compensatoria en la se ve a sí misma como alguien
amoroso, generoso, un ser de luz que ha venido a dar amor y a ayudar a los demás. Este
mecanismo que le sirve para reparar su baja autoestima, le impide reconocer sus
propias broncas, celos, envidia, etc. que proyecta a los demás a quienes considera seres ‘poco
evolucionados’.
El vínculo patológico que establece Chicory, podemos
observarlo en el film francés Mon Roi,
en el que Vincent Cassel personifica a un ‘Chicory’ quien después de torturar
de mil maneras a su esposa decide por fin liberarla de sus retorcidos juegos y
manipulaciones.
Chicory se enrosca tan fuerte alrededor de
sus presas que sólo quienes posean una fuerte convicción y determinación (Walnut) podrán liberarse de sus
dominios y los que no seguirán siendo víctimas sometidas (Centaury) a los arbitrios y caprichos de esta serpiente venenosa
hasta que ella -en el mejor de los casos- decida soltarlo.
Gabriela Ricciardelli
Especialista en Terapia Floral
Creadora de la Primera Carrera en Medicina Floral en Argentina
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