En cuanto a lo
que se refiere a los fenómenos de rotación, traslación de la Tierra, vemos que
presentan una polaridad. Los denominados fenómenos naturales bajo el aspecto
material pueden abordarse mediante el concepto de gradación, que consiste en
obtener lo espiritual de la materia por medio de la actividad de la naturaleza. Por
caso, gradación, floración: fenómeno espiritual. La gradación tiende a elevarse
hasta configurar mejor las ideas de las cosas.
Convengamos que
la naturaleza mantiene secretos, pero origina fenómenos que podemos leer.
Cuando la gradación llegó a su meta, al final del proceso, la idea manifestada
en los fenómenos se convierte en percepción inmediata. En los fenómenos
materiales sólo ve mediante el pensamiento, en cambio, en la gradación lo que
sólo puede ser visto con el ojo espiritual, en la cima lo puede ver el ojo
físico. Es decir, no hay materia muerta, sin espíritu, este actúa tanto en la naturaleza
como en el interior del hombre, en tanto que el hombre puede elevarse a
participar en las producciones de la naturaleza:
“Desde la teja
que cae hasta la chispa que te ilumina y comunicas, todo en el universo es manifestación
de un espíritu creador:”
“Todos los
efectos de la especie que sean son recorridos por una onda”.
A Goethe todos
los fenómenos del mundo se le presentan como modificaciones del espíritu, y el
que los contempla revive la metamorfosis del espíritu desde la inadecuación ()
hasta su forma genuina.
Todas las
fuerzas creadoras constituyen un todo que se manifiesta diverso y relacionado.
Pero el mundo no es
uniforme, las leyes dependen de su ámbito (i-o-e). Los mecanicistas creen que
algo vivo es una forma compleja de fuerzas mecánicas, pero Goethe no acepta la
descomposición de los fenómenos naturales en mecánica de átomos.
Goethe buscaba
sin reducir la naturaleza a una única especie, observaba cómo la naturaleza
creadora revela su ley general en cada ámbito por medio de formas particulares,
ya que consideraba que no hay un modo uniforme de pensamiento aplicable a los
fenómenos naturales
Como
investigador natural era panteísta, es decir, abarca el espíritu del todo. Como
poeta era politeísta, es decir, ve en lo particular la espiritualidad que
venera. Mientras sigamos contentándonos con percibir los objetos que nos rodean
y considerar sus leyes como principios impuestos que los rigen, los veremos
enfrente como fuerzas desconocidas que actúan sobre ellos y les imprimen la
idea de sus leyes.
Sólo sentirá las
leyes de la naturaleza como una necesidad, pero si el hombre se da cuenta que
las formas de la naturaleza son formas del mismo espíritu que actúa sobre él se
dará cuenta concientemente de que participa de la libertad. En cambio,
si siente las leyes de la naturaleza como coactivas, es porque las considera
una fuerza extraña. Si nos adaptamos a su esencia, a su desarrollo, las
sentiremos como fuerza propia que podemos movilizar en nuestro interior. Si el
hombre en su acción asimila esas fuerzas como propias, dejará de verlas como
impulsos extraños y así se liberará, produciendo actos de conocimiento.
Para finalizar, recordaremos que en cuanto a las obras de arte italianas
dijo Goethe: “los espíritus omnicomprensivos, creadores, son fecundos porque
parten de una idea para expresar la unidad del todo, y después la naturaleza
debería adaptarse a esas ideas”.
En cuanto a
nosotros, creemos que no es difícil rastrear las influencias de aquélla
fecundidad que aun esperan ser fructificadas en nuestra civilización.
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