Rudolf Steiner explica en su ciclo de conferencias sobre teosofía y rosacrucianismo que pronunció en Kassel en 1907 (GA100) lo siguiente:
Las experiencias repetidas que llegaron desde afuera en una vida terrenal anterior se manifiestan como el temperamento en la vida actual. También en función de cómo manejemos nuestras experiencias actuales generaremos nuestro temperamento en la siguiente encarnación.
- Si se ha vivido una serie de experiencias traumáticas en una vida que han generado una actitud de tristeza frente a esta, es muy probable que en la siguiente encarnación desarrollemos un temperamento melancólico.
- Si en la vida anterior nos apegamos a ella, y a las necesidades más fundamentales de supervivencia como son comer o dormir, es muy posible que en la siguiente reencarnación traigamos un temperamento flemático.
- Si en el anterior paso por la tierra la vida nos sonrió y nos dejó una impronta en el cuerpo astral, generará un temperamento sanguíneo.
-Si estas adversidades se han superado y se han aprobado las duras asignaturas que ha presentado la vida y ha superado con fuerza y coraje esas dificultades, se habrá reforzado su cuerpo astral y, seguramente, en su próxima vida preponderará un temperamento colérico.
Entonces, en función de la actitud con la que uno enfrente esta vida, puede estar generándose el temperamento de la siguiente encarnación.
Portal de la luna y portal del sol en los temperamentos
En otras dos de las conferencias de Rudolf Steiner (GA 240) pronunciadas en Berna en 1924 habló de los dos portales que constituyen la entrada y la salida del hombre en esta tierra.
Portal de la luna
La Luna estuvo unida antiguamente a la Tierra. Cuando se separó como astro, también lo hicieron de los otros seres que poseen una índole más espiritual que la que posee el ser humano en su aspecto físico.
Nuestros antepasados, es decir las culturas anteriores, que no dejamos de ser nosotros en otras reencarnaciones, aunque no tan inteligentes como lo somos ahora mismo, sí que poseían acceso al conocimiento que hemos perdido en la actualidad. Por ejemplo, esta sabiduría quedó recogida en libros como los Vedas.
Lo que no ha llegado en forma de documentos son los restos de una sabiduría primordial, artística y poética. Fue creada por entidades desprovistas de cuerpo físico, lugar donde reside el actual pensar intelectivo.
Estas entidades residen actualmente en la Luna y todavía se vinculan con nosotros, aunque de una manera menos explícita. Lo hacen cuando en el descenso desde el mundo espiritual a la tierra atravesamos la esfera lunar impregnando nuestro cuerpo astral y nuestro Yo.
En función del grado de penetración, la persona que nace lo hará siendo un genio o una persona con virtudes de bondad manifestándose en su sangre y en su sistema nervioso. Con ello se dotará a la persona de mayor o menor voluntad y de unos u otros talentos. En este proceso se recogen las experiencias de vidas anteriores y su influencia se mantiene en la vida terrenal quedando por debajo de nuestra intelectualidad.
Al atravesar la luna, el último portal antes de llegar a la vida terrestre, adquirimos las facultades más íntimas y el temperamento con el que vamos a comenzar nuestra vida terrestre.
VINCULACIÓN A LAS FUERZAS LUNARES
Por la vinculación lunar el presente del ser humano sobre la faz de la tierra se encuentra vinculado al pasado. Este 'pedacito' de pasado nos hace ser lo que somos y se queda encogido en nuestros cuerpos físico y etérico, siendo lo que nos hace convertirnos en este o aquel ser humano.
Portal del sol
En la biblia ya se puede leer que el sol brilla para justos y malos…
La relación del sol con la tierra se manifestó con el descenso del ser solar, el Cristo a la tierra, en un determinado momento de la evolución de esta tomando una corporalidad humana.
De esta manera el Cristo se vinculó y se unió al destino terrestre de la humanidad con un impulso que puede actuar en la interioridad humana y al que puede acceder toda persona.
Las fuerzas que acogen este impulso crístico no son las del intelecto, sino aquellas del corazón y del alma. Una vez acogidas, estas ya no se dirigen a la salvación individual, sino a la salvación de toda la humanidad.
VINCULACIÓN A LAS FUERZAS SOLARES
Por la vinculación al sol nos encontramos vinculados a nuestro futuro.
Todavía como humanidad no estamos preparados para que este impulso nos llegue desde dentro, por lo que en estos momentos esta influencia es ejercida desde el exterior. Cuando tras una metamorfosis la tierra deje de ser lo que es, entonces los seres humanos estaremos preparados para la existencia solar.
Actualmente nuestro pensamiento está ligado al cerebro que es el órgano más físico y no es capaz de reflejar aquello que le viene del sol. En un futuro será el corazón el que sea capaz de reflejar esta luz solar.
Así, por el cerebro las personas se hacen egoístas y por el corazón logran el altruismo.
Gracias al sol somos más de lo que nos tocaría en la actual existencia terrestre y esto se lo debemos al descenso de una entidad solar como es el Cristo. El sol es el portal del futuro y son los seres solares los que serán capaces de extraernos de la muerte. De estos seres solares, el único que conocemos es el Cristo, pero Él nos llevará hasta sus otros compañeros.
Relación de los dos portales con los temperamentos
Si observamos los temperamentos encontraremos una relación con ambos portales:
El MELANCÓLICO está fuertemente ligado a las fuerzas de la luna.
El SANGUÍNEO al portal del sol
El FLEMÁTICO encuentra el equilibrio entre ambas polaridades, quedando esta anuladas.
Del COLÉRICO en esta conferencia no habla Rudolf Steiner, pero teniendo en cuenta lo que menciona en su conferencia GA100, se puede deducir que este temperamento se liga a las fuerzas lunares para transformarlas desde las fuerzas solares.
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