
La Robinia florece en primavera. Sus flores
blancas exhalan un aroma penetrante y agradable, crecen en racimos colgantes,
son comestibles y se conocen popularmente con el nombre de ‘pan y quesitos’;
con ellas se preparaba antiguamente un agua destilada con propiedades
antihistéricas. Su infusión posee propiedades calmantes, antiespamódicas,
emolientes, tónicas y astringentes. Las abejas producen con las flores de
robinia una miel conocida popularmente como ‘miel de acacia’. El fruto se
presenta en legumbre seca y de color pardo. Su madera es tan perdurable como la
del roble y se emplea para construcción de pérgolas, postes de teléfono y embarcaciones
ya que se conserva perfectamente en contacto con el suelo húmedo o el agua.
Uso medicinal: Tanto las flores
como las hojas son antiespasmódicas, colagogas y emolientes. Se utilizan como
estomacales en caso de dispepsia y trastornos de la vesícula biliar. Por su
acción emoliente, protegen a las mucosas del esófago y del estómago del exceso
de ácido. Se recomiendan en caso de pirosis, esofagitis y úlcera
gastroduodenal. En gárgaras alivian las irritaciones de la garganta. La
infusión también se utiliza para aliviar la tos y la gripe. Las semillas y la corteza son tóxicas, por
ningún motivo deben consumirse.
estupenda y muy clara información. Pronto la tendré en mi jardín.Es bellísima.
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