La obra de Edward Bach nos exige no sólo conocer la personalidad de quien nos consulta sino la nuestra propia, ya que el desarrollo de la autoconciencia es la llave maestra para el ejercicio de la profesión.
Ser Terapeuta Floral no se reduce a la administración de las esencias florales sino a comprender y simbolizar los requisitos imprescindibles que implica la correcta aplicación del sistema en cada diagnóstico particular. Es más que una técnica o una suma de técnicas ya que instrumentación básica e indispensable implica la disposición abierta de un modo de ser. Para evitar la ‘alopatización’ de la Terapia Floral debemos comprender que el aprendizaje de diferentes técnicas metodológicas, tales como las del psicoanálisis, son valiosas aunque no suficientes para la aplicación correcta de las esencias florales, ya que estas metodologías dependen de un sistema conceptual incompatible al de la Terapia Floral.
Considero que llevar a cabo eficientemente la aplicación de las esencias florales exige ubicarnos en un modo holístico de comprensión del mundo que sea abarcativo de la naturaleza, lo espiritual, lo mental, lo emocional, lo energético, lo físico, todo lo cual, en suma, redundará en el armónico desarrollo vincular y social del sujeto humano.
Gabriela Ricciardelli*
Considero que llevar a cabo eficientemente la aplicación de las esencias florales exige ubicarnos en un modo holístico de comprensión del mundo que sea abarcativo de la naturaleza, lo espiritual, lo mental, lo emocional, lo energético, lo físico, todo lo cual, en suma, redundará en el armónico desarrollo vincular y social del sujeto humano.
Gabriela Ricciardelli*
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